martes, 26 de mayo de 2009

Un Riesgo

Es necesario correr riesgos, solo así entendemos del todo el milagro de la vida cuando dejamos qué suceda lo inesperado. Todos los días Dios nos da, junto con el sol, un momento en el que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices. Todos los días tratamos de fingir que no percibimos ese momento, que ese momento no existe, que hoy es igual que ayer y será igual que mañana. Pero quien presta atención a su día, descubre el instante mágico. Puede estar escondido en la hora que en la que metemos la llave en la puerta en las noches, en el instante de silencio en la comida, en las mil y una cosas que nos parecen iguales.
Ese momento existe: un momento en el que toda la fuerza de las estrellas pasa a través de nosotros y nos permite hacer milagros. La felicidad es a veces una bendición, pero por lo general es una conquista.
El instante mágico del día nos ayuda a cambiar, nos hace ir en busca de nuestros sueños. Vamos a sufrir, vamos a tener momentos difíciles, vamos a afrontar muchas muchas desilusiones..., pero todo es pasajero, y no deja marcas. Y en el futuro podemos mirar hacia atrás con orgullo y fe. Pobre del que tiene miedo de correr riesgos. Porque ese quizás no se decepciones nunca, ni tenga desilusiones, ni sufra como los que persiguen un sueño. Pero al mirar hacia atrás -por que siempre miramos hacia atrás- oirá que el corazón dice: ¿que hiciste con los milagros que Dios sembró es tus días? ¿Que paso con las oportunidades de amar de entregar y hacer lo que siempre quisiste? los enterraste en el fondo de una cueva, por que tenias miedo de perderlos. Entonces, esta es tu herencia: la certeza de que has desperdiciado tu vida. Pobre de quien lea estas palabras. Porque entonces creerá en milagros, pero los instantes mágicos de su vida ya habrán pasado.

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